Costa Rica, ejemplo en bioeconomía circular, encabeza comité  en América Latina y el Caribe

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La economía circular consiste en cambiar el sistema tradicional de producción basado en “fabricar, usar y desechar” por un modelo regenerativo y carbono neutral.

 

 

  • La coalición, encabezada por Colombia, Costa Rica, Perú y República Dominicana, pretende inspirar hacia un desarrollo económico sostenible 

 

REDACCIÓN-LNP. La coalición de economía circular de América Latina y el Caribe presentó a inicios de marzo su informe «Economía circular en América Latina y el Caribe: una visión compartida». El documento presenta una perspectiva de cómo debe ser una economía circular en la región con la intención de crear alineación y cooperación entre los países, así como servir de guía para futuros proyectos. Pero, ¿qué es la economía circular?

Es un modelo que ofrece diversas oportunidades para un mejor crecimiento y soluciones a desafíos como el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación.

Ante la lenta recuperación económica de Costa Rica y otros países del mundo en el contexto de la crisis de COVID-19, los objetivos ofrecen una recuperación económica con mayor generación de empleo, más verde y sostenible, además de ser un poderoso mecanismo para combatir el cambio climático.

La propuesta de la economía circular consiste en cambiar el sistema tradicional de producción basado en “fabricar, usar y desechar” por un modelo regenerativo y carbono neutral en el que los productos son fabricados para ser constantemente «refabricados» y reutilizados.

El documento es un hito importante de la Coalición que fue lanzada en 2021.  Tiene como objetivo implementar un enfoque de economía circular a través del trabajo colaborativo entre los gobiernos, las empresas y la sociedad en conjunto. En el proceso de construcción de esta visión se consultó a decenas de funcionarios gubernamentales de la región, así como a un amplio abanico de representantes de instituciones internacionales relevantes, empresas y el mundo académico para imaginar colectivamente el futuro de la región basado en una economía circular que funcione a mayor escala.

«Existe una fuerte relación entre el marco de la economía circular, nuestros compromisos climáticos a nivel internacional y la recuperación económica. La economía circular puede ayudarnos a reducir nuestras emisiones de carbono y el impacto sobre los recursos naturales, así como a generar empleos de calidad. Vemos un gran potencial para que la región implemente la economía circular si trabajamos juntos, y esta visión presenta la dirección hacia dónde todos los países de la región deben mirar.» Rolando Castro-Córdoba Viceministro de Energía del Ministerio de Ambiente y Energía de la República de Costa Rica.

La próxima era del desarrollo debe alejarse de los modelos económicos lineales y extractivos que han causado una degradación medioambiental masiva. Es importante que se enfoque en ser inclusivo con su gente y aprovechar las características y culturas únicas que posee.

«Esta visión inspiradora ayudará a todos los actores a cooperar, a aprovechar todas las oportunidades e impulsar una nueva ola de desarrollo sobre la base de un modelo de economía circular que beneficia a la sociedad, las empresas y el medio ambiente», comenta Luisa Santiago, Líder para América Latina, Fundación Ellen MacArthur.

En América Latina y el Caribe se pierden y desperdician cada año 127 millones de toneladas de alimentos (más de un tercio de lo que se produce), mientras que aproximadamente 47 millones de personas padecen hambre en ambos territorios.

Cuando observamos la biodiversidad de América Latina y el Caribe, vemos que es una de las más ricas del mundo, con un 40% de la biodiversidad de la Tierra y un 60% de la vida terrestre mundial. Sin embargo, ha observado un descenso del 94% desde 1975, mayor que en cualquier otro lado del mundo. Además, la región cuenta con 9 de los 24 frentes de deforestación mundiales, que son impulsados principalmente por la agricultura, la ganadería, la minería, las infraestructuras de transporte y los incendios.

La economía circular se basa en tres principios impulsados por el diseño: eliminar los residuos y la contaminación, hacer circular los productos y materiales al máximo nivel y regenerar la naturaleza. Por lo tanto, es una oportunidad para que la región se posicione como un actor clave y se convierta en un líder en la transición global hacia una economía baja en carbono y alineada con los ODS.

«Esta visión compartida de una economía circular para América Latina y el Caribe reconoce la importancia de aprovechar la biodiversidad en la región y abordar la inclusión social. Ambos aspectos son muy específicos de la región y muy necesarios en una nueva era de desarrollo económico”, comentó Milagros de Camps, Ministra Adjunta de Cooperación Internacional en el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales de la República Dominicana.

Sobre la coalición de economía circular de América Latina y el Caribe:

La Coalición de Economía Circular de América Latina y el Caribe se formó en 2021 para servir de plataforma de intercambio de las mejores prácticas de economía circular y promover la cooperación entre los gobiernos, las empresas y la sociedad de la región. Está coordinada por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), liderada por un comité directivo compuesto por cuatro representantes gubernamentales de alto nivel en forma rotativa, comenzando por Colombia, Costa Rica, República Dominicana y Perú para el período 2021-2022 además de reunir a ocho socios estratégicos: el Centro y Red de Tecnología del Clima (CTCN), la Fundación Ellen MacArthur, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la Fundación Konrad Adenauer (KAS), la Plataforma para la Aceleración de la Coalición de Economía Circular (PACE), la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI), el Foro Económico Mundial (FEM) y el PNUMA.

 

Para mayor información: https://www.coalicioneconomiacircular.org/