Por José David Gómez
La Policía Nacional se presentó a la residencia del general en retiro Humberto Ortega Saavedra el pasado 19 de mayo, para entregarle una citatoria y ocupar teléfonos y computadoras.
Posteriormente el organismo policial y el Ministerio de Salud, dieron a conocer un comunicado en el que se informa que se había constituido una comisión médica permanente que se instalaría en la residencia del general, ubicada en la carretera a Masaya.
Según especialistas consultados por La Nueva Prensa, esta declaración policial equivale a decir que el señor Humberto Ortega Saavedra se encuentra bajo el régimen de Casa por Cárcel.
LOS DESAFÍOS DEL GENERAL
Las medidas aplicadas por el gobierno a través de la Policía Nacional se producen a raíz de una entrevista concedida por el fundador del Ejército Popular Sandinista a un medio de información argentino. En dicha entrevista, el militar —convertido en empresario y político— afirmó que la pareja gobernante tendrá que dialogar con los Estados Unidos, les guste o no. También dejó claro que su hermano Daniel no tiene sucesor y aprovechó para denunciar que hay «seguidores del gobierno» que quieren asesinarlo.
En un país en el que la Ley se aplica a nivel discrecional y en consonancia con el humor con el que amanecen los gobernantes, la respuesta al antiguo miembro de la Dirección Nacional no se ha hecho esperar.
«La afirmación del general es una ofensa y un desafío personal para Rosario Murillo, quien se ha presentado desde hace años como la otra gobernante de Nicaragua y como la sucesora de Daniel Ortega en el poder…» -declaró al respecto Dora María Téllez, antigua comandante sandinista ahora en el exilio.
NORTEAMERICANA ANTIIMPERIALISTA EXPULSADA
Humberto Ortega sostiene discrepancias con su hermano y su cuñada desde hace mucho tiempo, pero las declaraciones al medio argentino se han vuelto la gota que derramó el vaso.
La furia de la pareja presidencial alcanzó a colaboradores de Humberto Ortega entre ellos, la periodista y traductora norteamericana Judy Butler, quien fue expulsada del país el martes 21 de mayo y sus bienes confiscados por las autoridades.
Butler, quien tradujo un libro de Humberto Ortega, afirma desconocer los motivos de su expulsión de un país en el que vivió 41 años. «No me interrogaron, no me acusaron y tampoco presentaron una orden judicial. Hasta este momento no sé por qué me deportaron» —asegura la periodista, cuyo delito fue haber traducido ocasionalmente textos del general ahora preso en su propia casa.